Asociado desde hace tiempo con los escolares en los desfiles del Día de San David, los bailarines folclóricos y las celebraciones ceremoniales de la herencia galesa, el het Gymreig se ha visto a menudo como un disfraz más que como una prenda de diario, hasta ahora.
Aunque (aún) no ha vuelto a la moda convencional, el sombrero está renaciendo como un audaz emblema cultural y artístico. En los últimos años, un creciente número de artistas creativos han adoptado este accesorio alto y de copa para expresar un sentido moderno de la identidad galesa: uno arraigado en la historia, pero con un nuevo significado.
Entonces, ¿qué ha inspirado este resurgimiento?
De ropa de trabajo rural a un elemento de moda
La distintiva forma del sombrero femenino galés surgió alrededor de la década de 1830, convirtiéndose en un elemento icónico de la vestimenta tradicional galesa. Antes de eso, las mujeres rurales solían usar prácticos sombreros de fieltro, generalmente adaptados de estilos masculinos, similares a los bombines o versiones de copa baja de la silueta de copa que conocemos hoy.
Algunos historiadores remontan el origen del sombrero a los sombreros de montar femeninos de finales del siglo XVIII, que también presentaban copas altas y alas anchas, mientras que otros señalan influencias de la moda contemporánea inglesa y europea, en particular los sombreros de copa masculinos, que fueron reinventados desde una perspectiva distintivamente galesa.
A medida que el interés en preservar el idioma, las costumbres y la vestimenta galesas se intensificó durante el resurgimiento cultural del siglo XIX, el sombrero galés se convirtió en un poderoso símbolo de identidad nacional, usado con orgullo, particularmente en ocasiones formales y ceremoniales.


Un símbolo de identidad y poder colectivo
Si bien el het Gymreig cobró importancia en la década de 1830, su poder simbólico ya se estaba forjando mucho antes. Una de las historias más perdurables es la de Jemima Nicholas - Jemima Fawr (Jemima la Grande), una zapatera remendona de Fishguard a quien se le atribuye la captura de 12 soldados franceses durante la invasión de Gales en 1797. Según la leyenda, instó a las mujeres locales a usar chales rojos y sombreros negros altos, imitando la apariencia de los soldados británicos desde la distancia y contribuyendo a la rendición del enemigo.
Unas décadas más tarde, el sombrero volvió a estar vinculado a la resistencia. Durante los Disturbios de Rebeca (1839-1843), los hombres que protestaban contra los peajes injustos y las condiciones sociales se disfrazaron con ropa de mujer, incluyendo sombreros negros altos. Conocidas como Merched Beca (Hijas de Rebeca), usaban este atuendo para ocultar su identidad e inspirarse en las tradiciones populares. En sus manos, el sombrero se convirtió en una herramienta de protesta y poder colectivo.
Renacimiento moderno: Del escenario folk al estilo subversivo
Hoy en día, el het Gymreig se reinterpreta con un estilo y un propósito renovados, y numerosos músicos e intérpretes galeses contemporáneos lo han convertido en parte de su identidad.
La banda folk galesa NoGood Boyo ha hecho del sombrero un elemento distintivo de su imagen. Combinándolo con pasamontañas, gafas de sol y ropa urbana, han revitalizado un emblema antaño estático para crear una declaración visual lúdica y política. Sus actuaciones fusionan tradición, sátira y crítica de género, haciendo referencias a figuras como Merched Beca, a la vez que desafían las imágenes anticuadas de la identidad galesa. Para ellos, el sombrero es más que una prenda histórica; es un símbolo que debe ser remezclado y recuperado.


Un papel en el arte contemporáneo
Más allá de la música, el sombrero se está adoptando en espacios artísticos queer y feministas como una forma de reimaginar la identidad galesa. En Qwerin, un proyecto de danza contemporánea del coreógrafo Osian Meilir, los bailarines llevan sombreros negros altos, a veces modificados con agujeros para los ojos, transformándolos en emblemas de lo queer, el anonimato y la resistencia. Al fusionar la tradición folclórica con el movimiento subversivo y las visuales, Qwerin desafía las ideas limitadas sobre el género, la identidad y la pertenencia cultural de la vestimenta tradicional galesa.
Los artistas visuales también están redefiniendo el significado del sombrero. Seren Morgan Jones pinta figuras femeninas fuertes con atuendos tradicionales galeses, presentando a las mujeres galesas como poderosas e inquebrantables.
Por su parte, Meinir Mathias aporta un toque moderno: en sus obras audaces y gráficas, el het Gymreig aparece tanto en hombres como en mujeres, a menudo combinado con pendientes y moda contemporánea. Su arte reinventa el sombrero como algo orgullosamente galés pero también fluido, actual e inclusivo.


¿Qué viene después?
Con la selección galesa de fútbol femenino de camino a la Eurocopa en Suiza este verano, surgen preguntas: ¿podrá el het Gymreig volver a convertirse en un símbolo nacional unificador, no solo en el arte y el folclore, sino también a nivel internacional?
Lo que está claro es que el sombrero ya no es solo una reliquia del pasado. Ya sea usado con sátira o sinceridad, como protesta o en una actuación, ahora tiene un nuevo significado. Su silueta alta, antes considerada pintoresca o propia de un disfraz, se está recuperando como una expresión audaz de la identidad galesa moderna: orgullosa sin complejos, maravillosamente peculiar y abierta a la reinvención.